miércoles, 11 de julio de 2012

La historia del compañero José Luis


Os voy a contar la historia de José Luis.

José Luis era un TRABAJADOR, de esos de los que los sindicatos estarían orgullosos. Se levantaba todos los días a las 6 de la mañana para ir al tajo. Su trabajo no le gustaba, pero no había podido estudiar, así que tuvo que ponerse a currar en lo que le salió. Un buen día, hace 15 años, su jefe le llamó y le explicó la situación:

- Lamento informarte de que vamos a tener que prescindir de tus servicios. Has sido un buen trabajador y te agradecemos los servicios prestados, pero la empresa está abocada al cierre. De todas formas, como sé que tienes hijos, no te voy a dejar en el paro hasta que termines la carrera que tú elijas. Mantendré abierta la empresa con mi propio dinero aunque no haya pedidos hasta que encuentres una salida. Hasta entonces, tendrás que seguir viniendo a trabajar, pero puedes seguir estudiando para que luego tengas más oportunidades. Además, si quieres, tus hijos se pueden ir al extranjero a estudiar y todo corre de nuestra cuenta. Sí que te pido, por favor, que apruebes la carrera cuanto antes. Entiendo que te llevará unos años, pero tienes que ir haciéndote a la idea de que esto no es para toda la vida.

José Luis aceptó. Al fin y al cabo, le servía para ganar tiempo. Era una mala noticia, pero, sin duda, podía haber sido peor. Era consciente de ser un privilegiado por tener la oportunidad de buscar otra cosa con calma. José Luis se apuntó a inglés y se matriculó en una Ingeniería Técnica. Lo cogió con muchas ganas, pero con el tiempo fue perdiendo interés. Pasaron SEIS años y su jefe veía que José Luis no se esforzaba, así que, con todo el dolor de su corazón, le tuvo que dar un ultimátum.

- Oye, José Luis, es que sólo has aprobado una y, bueno, lo siento mucho, pero dentro de 9 años te quedarás sin trabajo.

José Luis se indignó un poco, "¿quién era este tío para decirle a él que tenía que aprobar más?". No supo interpretar si su jefe le llamaba tonto o vago, pero aquello no le gustó, así que decidió pasar de todo. Este jefe le estaba tratando muy mal, pensó. Finalmente, 9 años después, cuando ya habían pasado 15 y José Luis no había aprobado más que Introducción a la Seguridad e Higiene en el Trabajo (super útil), su jefe le dio la mala noticia.

- Bueno, José Luis, lo siento, pero la empresa cierra mañana porque no tenemos un duro. Tendrás que ir al paro.

José Luis, en contra de lo que todos podríamos pensar, se olvidó de las numerosas oportunidades que le habían dado y montó en cólera. "Esto no va a quedar así", "me habéis estafado", "hijos de puta", "tengo familia!!!" fueron algunas de sus quejas. José Luis no pensó por un momento en la cantidad de parados que no habían tenido sus mismas oportunidades ni pensó tampoco en los años desperdiciados. Simplemente echó la culpa a los demás y se puso el mundo por montera.

Al día siguiente, decidió cortar la autopista y emprendió una marcha hacia Madrid quemando todo lo que veía a su paso. En Medina del Campo decidió atrincherarse y empezar a lanzar cohetes contra la policía y la policía, sorprendentemente, no lo detenía. El seguía y seguía lanzando cohetes y no pasaba nada.

Pero lo más sorprendente de todo es que la gente, sin preguntarle cómo había llegado hasta ahí ni cuáles eran sus razones, simplemente porque creían que estaba reivindicando algo que tenía relación con la "lucha obrera" salieron a la calle para ayudarle.

José Luis siguió sin trabajo y sin estudios y se quedó sin nada. El apoyo no sirvió para nada porque la empresa, efectivamente, no tenía un duro, pero bueno, ya tiene una historia que contar.

Relacionado: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/07/10/madrid/1341904617_371442.html

domingo, 10 de junio de 2012

Mariano Rajoy Schettino



Érase una vez un barco que navegaba por el Mediterráneo. Su capitán estaba muy ocupado ligando en su camarote y cuando el barco encalló, lo único que se le ocurrió fue lanzarse a un bote salvavidas y escapar. Esta historia de cobardía no tendría importancia si el Capitán no la hubiese adornado con las siguientes palabras:

Yo no abandoné el barco, me caí en un bote salvavidas.

Esa frase es una de esas pequeñas cosas que colman el vaso y que provocan que este incidente se quede en tu memoria para siempre. Como los "hilillos de plastilina" de Rajoy o el "Champions League de la economía" de Zapatero son cosas de las que no te olvidas fácilmente.


Supongo que, intentando evitar esto, ayer, nuestro Presidente, democráticamente elegido en las urnas, tras la decisión internacional más importante que ha tomado nuestro país, probablemente, desde la entrada en el Euro, decidió no comparecer. Supongo que con la intención de no decir una palabra que no debiese, creyó conveniente quedarse callado y no salir a explicar sus razones (que supongo que tendrá) a los medios de comunicación, es decir, a los ciudadanos.

Esta historia se quedaría en el olvido de la gente como quiere Rajoy si terminase aquí. Al fin y al cabo, cabría la posibilidad de que Rajoy no considerase útil gastar una hora dando explicaciones, algo que puede hacer más adelante, y creyese conveniente organizar la situación y analizar la cantidad que finalmente solicitamos al fondo de rescate. El problema, es que, como tantas otras cosas desde que comenzó la crisis, todavía puede empeorar.

Mariano Rajoy tiene previsto acudir esta tarde al partido de la EuroCopa que la selección jugará en Polonia contra Italia. En una decisión incomprensible, el Presidente se va a coger un vuelo de 3 horas a Gdansk, va a ver el partido y volverá en otro vuelo de tres horas.

Obviamente, no seré yo el que dé por hecho que en el avión, en vez de estudiar la situación de las cuentas, se ponga vídeos de Italia para darle unos consejillos a Del Bosque antes de empezar. Pero yo no sé si Rajoy es consciente de que la imagen suya en el palco del estadio será mucho más recordada que cualquier metedura de pata en la rueda de prensa de ayer.

La simple imagen de Rajoy en el palco será el símbolo de su dejación de funciones, de su pasotismo, recordará al que lo vea que cuando su país lo necesitaba más que nunca se fue a ver el fútbol, será como ver a Schettino saltar al barco salvavidas con su barco a la deriva, pero esta vez retransmitido a todo el territorio nacional y con una audiencia de 20 millones de espectadores.

Aun quedan 9 horas para el partido, yo espero que recapacite. De lo contrario, políticamente hablando, lo pagará muy caro.

viernes, 20 de enero de 2012

Del "coartan mi libertad" al "es que mi contrato no pone eso"

"Me han quitado mi copia de seguridad que tenía en MegaUpload" y "pues yo tenía ahí las fotos de mi boda" son las frases más repetidas hoy. A juzgar por lo que se lee en twitter, todo el mundo utilizaba MegaUpload para subirse cosas de clase, del trabajo o incluso, agárrense que vienen curvas, balances contables de empresas. Sin entrar en la estupidez que supone alojar en una empresa hongkongesa, sujeta a leyes hongkongesas, documentos importantes para una empresa o para un individuo, llama la atención cómo se ha pasado del "quieren censurar internet" al "¡coño! es que esto no estaba en el contrato".

Cientos de webs cerraron esta semana para protestar contra la ley SOPA argumentando que había muchos artículos en ella que podían incitar a violar la libertad de los internautas. Argumentan que la ley, que se supone que se hace para combatir la piratería, no sólo no mejora las herramientas para combatirla si no que se podrá utilizar para acabar con la libertad en internet.

El cierre de Megaupload es una prueba de lo primero. En el mundo ya hay herramientas por las que cerrar webs y bloquear servidores de una forma global y eficaz (nadie puede acceder a los contenidos de MU). No se necesitan nuevas normas con el pretexto de simplificarlo. Cerrar una web no debe ser simple, pero sí debe ser posible y, como hemos visto, ya lo es.

Lo sorprendente es que abogados como Javier de la Cueva se hayan pronunciado en contra de la operación llevada a cabo por el FBI en colaboración con las policías de distintos países. Como cree que el cierre de MegaUpload no es un ataque contra la libertad de nadie, argumenta que un gran número de usuarios han perdido datos muy importantes para ellos.

Puedo entender que alguien quiera recuperar el dinero "invertido" (aunque más que invertido es tirado) o que quiera que le devuelvan los archivos que colgó, pero aun así, el hecho de que el FBI nos haya demostrado a todos -discográficas, productoras e internautas- que ya es posible cerrar una web a nivel mundial y que no son necesarias nuevas leyes es una buena noticia.

Lo que subyace aquí es la necesidad que se ha creado en la sociedad de obtener las cosas de forma libre y sin preguntarse por qué ni para qué. Esto hace que un gran número de personas utilicen cualquier coartada para justificar su comportamiento. El hecho de que la Ley Sinde o la Ley SOPA estén mal redactadas no es una razón para que no se luche contra la piratería. El hecho de que la industria audiovisual tenga modelos completamente obsoletos y arcaicos, tampoco.

Comprendo que es muy difícil decir ahora a la gente que tiene que pagar por lo que lleva años obteniendo gratis y veo "normal" que la gente se resista a ello. Lo que me sorprende es la facilidad con la que se encuentran argumentos para justificar cualquier cosa.

Así, se dice directamente que la Ley Sinde y la Ley SOPA son atentados contra la libertad pero se niega la posibilidad de entrar en el fondo del asunto y cuando se hace una operación que no perjudica para nada la libertad de los internautas y que ataca a la piratería de lleno se argumenta que "claro, es que mucha gente había pagado". ¿Es un argumento serio el de que se debería devolver el dinero dado a MegaUpload?

Imaginemos una situación análoga. Imaginemos un telecentro en el que se venden a cientos películas y discos piratas bajados de internet como los del Top Manta y además se venden documentales hechos por ellos sobre el apareamiento del escorpión bicéfalo. Imaginemos que ese local tiene, además, una tarifa plana por la que, al módico precio de 10€/mes, puedes obtener tres discos por semana. Imaginemos que alguien ha pagado 120€ para tener conexión durante un año. Si la Policía entra en el local y lo cierra, ¿alguien en su sano juicio saldría a decir que le devuelvan los 120€? ¿alguien pelearía por mantener ese lugar abierto en aras de la libertad de expresión y para apoyar al escorpión bicéfalo?

Seamos serios, lo que jode es que cierren MegaUpload porque ya no te puedes bajar las series... aunque lo cierto es que sí que puedes.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Queridos expertos en macroeconomía doméstica

Me llamo Jesús, no me conoceréis porque soy el típico tipo que no hace mucho ruido. Muchos de vosotros me acusaríais de culpable de la situación porque no he salido ni me he manifestado para que metan en la cárcel a los banqueros o porque no creía hasta ahora que la situación se solucione aplicando las tesis de Vincenc Navarro, pero quiero que eso cambie.

Estoy fascinado, asombrado y tengo envidia de la cantidad de gente que, como vosotros, tiene un conocimiento tan amplio de macroeconomía y hace que la vida parezca tan simple. Quiero ser como vosotros. Vaya a dónde vaya, siempre tengo cerca a alguien que me puede explicar en un abrir y cerrar de ojos por qué Angela Merkel es el demonio, qué fue lo que hizo mal Zapatero, qué fue lo que habría tenido que hacer, cómo hacer que las pensiones sean sostenibles y, lo que más me sorprende aún, cómo acabar con el paro.

Cada día que pasa me siento más pequeño. Más inútil. Lo confieso. Me dais envidia. Yo, que por mucho que lo intento no he sido capaz de entender los mecanismos que hacen que un país vaya bien o vaya mal; yo, que debí de ser el único en este país que no vio que la burbuja inmobiliaria traería mucho paro y una crisis enorme, tampoco soy capaz de entender todo eso que me decís de eurobonos y de que los alemanes quieren metérnosla doblada o de que la solución para Grecia es tan "fácil" como suspender pagos y salirse del Euro.

Escucho con atención todo lo que me decís y os juro que intento comprenderlo, pero sigue habiendo cosas que no me cuadran y que me chocan. Me sorprende la facilidad con la que dais soluciones a los temas más complejos a pesar de que no habéis tenido ninguna formación en nada relacionado con la economía. Cualquiera pensaría que no tenéis ni puta idea de lo que habláis, sin embargo, nadie es capaz de hablar más alto que vosotros y nadie os lleva la contraria. La única conclusión posible es que tenéis razón.

Decís cosas como que "no se puede gastar más de lo que se ingresa... ESO LO SABE CUALQUIER AMA DE CASA" y la gente asiente con la cabeza. A mi estas cosas siguen pareciéndome una tontería porque, según tengo entendido, un país no tiene un sueldo asignado ni tiene una hipoteca fija ni nada por el estilo; sin embargo, todo el mundo os aplaude y os da la razón y yo, para no parecer tonto, digo a todo que sí. Sois líderes de opinión y eso no se consigue porque sí, eso tiene que ser porque tenéis razón.

Os oigo decir que los banqueros son los culpables del problema y que lo único que debemos hacer es quitar los bancos y se acaba el problema. Pedís una banca pública gestionada por el Estado y os quejáis de que el Estado está fatal gestionado. Exigís a vuestros gobernantes que dejen de pagar la deuda. Sin embargo, queréis también que haya sanidad y educación gratuitas, que los pensionistas vivan bien, que haya subsidios por desempleo y que haya dinero, mucho dinero, para fomentar la "cultura". A mi todo eso me parece una cosa imposible, pero os miro y, lo decís tan convencidos que me da palo deciros que eso no es tan fácil como lo veis.

Me llama la atención también que sepáis más que todos los asesores económicos, los gobernantes de todos los países europeos y una gran parte de los economistas que llevan estudiando las dinámicas que mueven la economía de un país toda su vida. Pero lo cierto es que si ellos montan una manifestación en la plaza del pueblo y se ponen a dormir allí, lo más probable es que la gente les tire huevos y les diga que se vayan, pero a vosotros no, a vosotros os lo agradecen, se quedan con vosotros y os apoyan. Si me preguntasen quién tiene razón, no lo dudaría porque para eso soy un demócrata convencido: la razón la tenéis VOSOTROS.

Sin embargo, como digo, sigo sin estar convencido del todo. Me gustaría poder ver la vida de forma tan fácil, pensar que todo el sistema es una mierda porque no hacen lo que yo digo y salir a manifestarme pensando que yo lucho por mejorar la situación mientras los demás se quedan en su casa. Incluso he fumado un poco de lo que os soléis meter a ver si así lo conseguía, pero ni de esas chico. ¿Cuál es vuestro truco? ¿Cómo puedo hacer para creer que si todo va bien es gracias a los ciudadanos y si todo va mal es culpa de los políticos?

Por favor, dadme una solución. Yo quiero ser como vosotros. Estoy convencido de que así sería mucho más feliz.

martes, 1 de noviembre de 2011

La mentira piadosa

Hoy los que quieren y nos martirizan con las bondades de las democracias asamblearias están exultantes. Al fin les han hecho caso y han dejado al pueblo que decida su futuro. "Ya iba siendo hora", comentan orgullosos y seguros de que han tenido algo que ver en la decisión de Papandreu de someter a referéndum el rescate europeo.

Ellos creen que cualquier referéndum es una buena noticia, ya sea para preguntar si se sube la luz, si se construye un aeropuerto o si se destina dinero al Congo Belga. Por ello, cuando oyeron que en Grecia los ciudadanos van a tomar la decisión más importante que ha tenido que tomar nadie en Europa en varias décadas se pusieron a dar saltos de alegría y brindar con champán Coca-Cola de comercio justo.

Pero, ¿es tan buena noticia para la democracia la decisión griega? No. No lo es. De hecho, es todo lo contrario, es un tiro en el pie a la ciudadanía. Después de tomar decenas de decisiones impopulares y de ver cómo su popularidad cae por los suelos, el primer ministro griego huye de sus responsabilidades y delega en el pueblo la decisión más importante de todas.

Ahora, los ciudadanos griegos tienen que decidir entre votar a favor de una mínima luz al final del tunel dándole la razón a su Primer Ministro o el caos absoluto. Ahora, Papandreu se lava las manos para que nadie le pueda echar la culpa si la cosa sale mal y que todo el mundo le alabe si la cosa sale bien. Ahora, el Gobierno griego pretende tomar el dinero y correr y en el camino engañar a sus ciudadanos haciéndoles creer que les ha dado el poder.

Pero lo más triste de todo no es que el Gobierno griego haga algo así perjudicando a todos los que le han ayudado en estos dos últimos años. Lo peor de todo es que recibe los aplausos estúpidos de quienes, se supone, que creen en la democracia.

La democracia no consiste en tomar las decisiones fáciles y huir de las difíciles. La democracia no consiste en que una persona que no sabe lo que es la deuda pública pueda decidir si se huye de ella o no. La democracia no es un recurso que se pueda utilizar cuando venga en gana y según interese.

¿Alguien estaría a favor de un referéndum sobre si aceptamos la homeopatía como ciencia o la mandamos al ostracismo? ¿Qué sentido tendría preguntar a un filólogo o a un panadero si creen que los neutrinos pueden ir más rápido que la luz? ¿Valdría de algo someter a referéndum las infraestructuras y que entre todos decidamos qué ciudades tienen que tener peaje y cuáles no?

Los referéndums sólo sirven en casos muy concretos en los que la respuesta deber ser "sí" o "no". Lo contrario se llaman elecciones. Elecciones en las que se elige entre diferentes opciones y los ciudadanos se quedan con la que más les interesa.

¿Cómo será la pregunta que le harán a los griegos?
¿Quiere usted que Grecia firme el rescate europeo junto con los recortes asociados o quiere usted que Grecia se las arregle por sí sola y ya veremos a ver qué pasa?
¿Sirve de algo eso? Yo, como ciudadano, lo que quiero es que se me presenten cuantas más opciones viables mejor y así poder elegir entre ellas, no que me pregunten si me quiero agarrar al único bote salvavidas que queda en el barco o esperar a ver si viene un helicóptero con Bruce Willis.

martes, 27 de septiembre de 2011

El broker que te quiere dar todo su dinero

Hoy sale en todos los periódicos la imagen de un tipo de traje y corbata al que nadie conoce pero que, según parece es un "broker independiente". Nadie sabe quién es. Su egoblog tiene bastante poco éxito y, después de salir en todas partes en el día de ayer, apenas supera los 4.000 followers en twitter. No es lo que la gente podría considerar un gurú. Según el perfil de su blog, no ha trabajado en grandes compañías, no tiene libros escritos (de momento) y lo único que tenemos es su palabra de que es "independiente" y de que sabe mucho mucho mucho de lo que habla.

Pero lo mejor de todo son sus referencias. Parecen sacadas de un comercial del AB Shaper de esos que echan en los canales de la TDT. Uno dice que está contento de que Alessio sea su mentor y que ha aprendido mucho de él, otro dice que "sin duda, el método de Alessio es un paso adelante y que de haberlo sabido antes tendría mucho más dinero" y otro le agradece que haya salvado su fortuna. Y los nombres no se quedan atrás. No vienen acompañados de ningún dato adicional como la procedencia, el email o el twitter. Sólo son nombres con pinta de ser inventados del tipo "Pepito Pérez", "Juan García" o "Perico de los Palotes".

¿Por qué se ha hecho famoso?

Por este vídeo en el que relata por qué se hace pajas todas las mañanas pensando en el dinero que le daría una segunda recesión como la de los años 30. Dice que él está preparado y que Goldman Sachs (sí, ya sabéis, la reencarnación del diablo) también lo está. Como buen samaritano que es nos avisa para que estemos preparados y nos dice que aun estamos a tiempo de forrarnos con la crisis.



Nunca me he fíado de la gente de la bolsa que aparece en la tele o que escribe en los periódicos. Hablan como si pudiesen predecir el futuro cuando en realidad lo único que están haciendo es decirte lo que a ellos les interesa que oigas. Si ellos quieren que una acción suba porque tienen dinero metido ahí te van a decir que subirá y si quieren que baje te dirán que bajará.

Pero Alessio no es de esos. Alessio es un tipo íntegro. Un tipo que se viste por los pies y que, aunque usa trajes de 2.000 euros para salir en la tele, se preocupa por los ciudadanos. Lo que a él le interesaría, como buen broker y como a Goldman Sachs es que nosotros viviésemos en nuestra burbuja de hombres y mujeres de a pie preocupándonos por el fútbol y esas cosas mientras ellos diseñan un plan para quedarse con todo nuestro dinero. Podría callárselo, claro, y sacaría mucho más dinero, pero no lo hace.

Lo que me sorprende es que nadie se pregunta ¿por qué? Todo el mundo alaba su sinceridad y dice
Qué tío más majo que nos avisa de que se acaba el mundo. Si estuviese aquí le invitaba a unas pastas con Cola Cao
Este tío no era nadie hasta ayer. La única razón plausible por la que ha dicho esto es para darse notoriedad. Para salir en todos los medios y pasar a ser un líder de opinión, algo que antes no era. No estamos hablando de un columnista reputado, ni siquiera de alguien cuyo trabajo depende de lo que diga. En este último caso, probablemente, se necesitaría ser muy valiente para dar un paso así, pero este señor trabaja por su cuenta y le viene bien que mucha gente lea sus opiniones como trader para poder ganar más dinero. Dado que su conocimiento del mundo financiero es nulo, nadie le va a hacer ni puto caso por sus consejos y lo que tiene que decir es "ey, que todavía te puedes forrar, escucha lo que te digo y la crisis no te afectará".

Mirémoslo así. ¿Qué pensaríamos ante un email que nos llega a nuestro buzón diciéndonos que el mundo se va a acabar y que le mandes 30€ que él invertirá en un huevo de sitios y te dará una rentabilidad del 1000%? Pues lo que ha hecho el tal Alessio es eso mismo pero de una forma más refinada. Ha doblado su número de followers (aunque probablemente habría esperado conseguir alguno más) en un día y ha multiplicado las visitas de su blog, pero, sobre todo, se ha convertido en alguien conocido. Alguien a quien no sólo muchos irán a buscar recetas para salir de la crisis. También muchos irán a buscar argumentos que digan que la crisis es un objetivo de las grandes corporaciones.

Si todo esto del trading no le funciona, siempre podrá hacer un libro inventándose cómo Goldman Sachs domina el mundo y forrarse con ello.

sábado, 24 de septiembre de 2011

El País, ¿la futura Super Pop?

Si hoy habéis echado un vistazo a la prensa del día os habrá llamado la atención una cosa: el nuevo suplemento de moda de El País. En la edición digital aparece Sarah Jessica Parker vestida de torero (o algo de eso) con el castizo titular "Sarah Jessica Parker entra en faena". Si esa imagen no os hizo vomitar (a mi sí, pero volví para hacer este arduo trabajo de investigación) quizá os haya apetecido entrar a leer el artículo. Si no habéis podido, aquí os selecciono algunos de los párrafos. Lo cierto es que es muy fácil de leer. La "periodista", Bárbara Celis, amablemente nos ha seleccionado en negrita los textos que ella considera más importantes... vamos, como cuando estábamos en tercero de primaria (o EGB):
A primera vista nos sorprende su extrema menudez –mide 1,60 metros, tiene un cuerpo estrechísimo y muy fibroso– y también su amabilidad y simpatía
Cuando llega la hora de mostrarle el vestuario se vuelve a respirar cierto nerviosismo: no todos los días se viste a la intérprete de Carrie Bradshaw
Ya ante el fotógrafo, no teme a la cámara, capote o mantilla; hace suya cada prenda por muy ajenas, como estas, que le sean. 
Efectivamente, en el rostro de Sarah Jessica no hay rastro de pinturas o indicios de haberse dejado acariciar por el bótox o el bisturí. Y si lo hubiese hecho, el médico realizó su trabajo con mucho esmero; porque, al contrario de lo que ocurre con otras caras famosas (Nicole Kidman y su cutis momificado quizá sea el ejemplo más sangrante), nadie diría que Sarah Jessica ha pasado por el quirófano. 
Varias preguntas me vienen a la mente al leer esto, pero las principales son: "¿Dónde cojones habéis metido el libro de estilo?" y "¿Qué es esta puta basura?".

Y esto que he puesto, amigos, es en la cuarta parte del artículo. Mi rigor profesional y mi ética me impide seguir copiando párrafos. Además, tengo miedo de que se me vaya a joder el ordenador si tengo esa página abierta mucho tiempo.

Muchos pensarán que El País se ha vendido y que la única forma de conseguir dinero es dándole a las pijas lo que las pijas quieren. Yo creo que es todo lo contrario. Es un toque de atención. Un grito de ayuda.

Está claro. El País, el periódico más leído de este país está pidiéndonos ayuda para que le ayudemos a salir de esta situación. Han llegado a un punto en el que necesitan que las adolescentes y las pijas de este país lo compren para poder salir de la crisis. Nos está enseñando el camino que tendrán que seguir antes de cerrar. Nos avisa de que lo próximo serán los regalos de maquillaje, libros de autoayuda para seguir la dieta de la alcachofa y los posters de Brad Pitt. Están suplicando nuestra ayuda.

El periódico que llegó a ser el periódico más influyente del país está empezando a convertirse en la Super Pop. Ahora que nos habíamos librado de la revista que nos martirizó de pequeños, ¿vamos a tener que aguantar que los análisis políticos dejen paso a las tonterías sobre zapatos, famosas y regímenes alimenticios?

Yo digo que NO. Tanto si te gusta la línea editorial como si no, debemos actuar. Debemos ir a los kioskos y decir que queremos periódicos serios. Sea cual sea el periódico que te guste, habla con tu kioskero, cuéntale tus problemas y dile que esto es una mierda -Él no tiene la culpa, pero entenderá que te desahogues-. Lo que tenemos que hacer es comprar El País, sacar el suplemento y devolverlo. Debemos mandar cartas a las redacciones. Debemos hacer algo. Necesitamos un #15M para la prensa. Estamos cerca del punto de no retorno, pero aun no hemos llegado a él. Hay tiempo, ¡COMPAÑEROS!

Esto no pretende ser una alabanza a El País de hace unos años, todos sabemos que tenía sus fallos y algunos muy gordos. Esto pretende ser un toque de atención. Ya lo hemos visto con los periódicos deportivos, a quienes no pararles los pies a tiempo les ha convertido en basura no digna de limpiar el culo de un lector que se precie. Pero es que puede ser peor: en comunidades como Asturias, todo el mundo compra el periódico no por las noticias que ponen si no porque casi todos los días sale alguien que conoces. Los periódicos aquí ya no son, apenas, noticias; son fotos de la gente con un pie de foto enorme y un texto enano. Incluso uno de ellos tiene dos páginas en las que la gente felicita el cumpleaños a sus familiares. Esto, lo mires por donde lo mires, no es serio.

¿Queremos que los periódicos nacionales también se conviertan en eso? ¡Hagamos algo! ¡Por Tutatis!