domingo, 27 de noviembre de 2011

Queridos expertos en macroeconomía doméstica

Me llamo Jesús, no me conoceréis porque soy el típico tipo que no hace mucho ruido. Muchos de vosotros me acusaríais de culpable de la situación porque no he salido ni me he manifestado para que metan en la cárcel a los banqueros o porque no creía hasta ahora que la situación se solucione aplicando las tesis de Vincenc Navarro, pero quiero que eso cambie.

Estoy fascinado, asombrado y tengo envidia de la cantidad de gente que, como vosotros, tiene un conocimiento tan amplio de macroeconomía y hace que la vida parezca tan simple. Quiero ser como vosotros. Vaya a dónde vaya, siempre tengo cerca a alguien que me puede explicar en un abrir y cerrar de ojos por qué Angela Merkel es el demonio, qué fue lo que hizo mal Zapatero, qué fue lo que habría tenido que hacer, cómo hacer que las pensiones sean sostenibles y, lo que más me sorprende aún, cómo acabar con el paro.

Cada día que pasa me siento más pequeño. Más inútil. Lo confieso. Me dais envidia. Yo, que por mucho que lo intento no he sido capaz de entender los mecanismos que hacen que un país vaya bien o vaya mal; yo, que debí de ser el único en este país que no vio que la burbuja inmobiliaria traería mucho paro y una crisis enorme, tampoco soy capaz de entender todo eso que me decís de eurobonos y de que los alemanes quieren metérnosla doblada o de que la solución para Grecia es tan "fácil" como suspender pagos y salirse del Euro.

Escucho con atención todo lo que me decís y os juro que intento comprenderlo, pero sigue habiendo cosas que no me cuadran y que me chocan. Me sorprende la facilidad con la que dais soluciones a los temas más complejos a pesar de que no habéis tenido ninguna formación en nada relacionado con la economía. Cualquiera pensaría que no tenéis ni puta idea de lo que habláis, sin embargo, nadie es capaz de hablar más alto que vosotros y nadie os lleva la contraria. La única conclusión posible es que tenéis razón.

Decís cosas como que "no se puede gastar más de lo que se ingresa... ESO LO SABE CUALQUIER AMA DE CASA" y la gente asiente con la cabeza. A mi estas cosas siguen pareciéndome una tontería porque, según tengo entendido, un país no tiene un sueldo asignado ni tiene una hipoteca fija ni nada por el estilo; sin embargo, todo el mundo os aplaude y os da la razón y yo, para no parecer tonto, digo a todo que sí. Sois líderes de opinión y eso no se consigue porque sí, eso tiene que ser porque tenéis razón.

Os oigo decir que los banqueros son los culpables del problema y que lo único que debemos hacer es quitar los bancos y se acaba el problema. Pedís una banca pública gestionada por el Estado y os quejáis de que el Estado está fatal gestionado. Exigís a vuestros gobernantes que dejen de pagar la deuda. Sin embargo, queréis también que haya sanidad y educación gratuitas, que los pensionistas vivan bien, que haya subsidios por desempleo y que haya dinero, mucho dinero, para fomentar la "cultura". A mi todo eso me parece una cosa imposible, pero os miro y, lo decís tan convencidos que me da palo deciros que eso no es tan fácil como lo veis.

Me llama la atención también que sepáis más que todos los asesores económicos, los gobernantes de todos los países europeos y una gran parte de los economistas que llevan estudiando las dinámicas que mueven la economía de un país toda su vida. Pero lo cierto es que si ellos montan una manifestación en la plaza del pueblo y se ponen a dormir allí, lo más probable es que la gente les tire huevos y les diga que se vayan, pero a vosotros no, a vosotros os lo agradecen, se quedan con vosotros y os apoyan. Si me preguntasen quién tiene razón, no lo dudaría porque para eso soy un demócrata convencido: la razón la tenéis VOSOTROS.

Sin embargo, como digo, sigo sin estar convencido del todo. Me gustaría poder ver la vida de forma tan fácil, pensar que todo el sistema es una mierda porque no hacen lo que yo digo y salir a manifestarme pensando que yo lucho por mejorar la situación mientras los demás se quedan en su casa. Incluso he fumado un poco de lo que os soléis meter a ver si así lo conseguía, pero ni de esas chico. ¿Cuál es vuestro truco? ¿Cómo puedo hacer para creer que si todo va bien es gracias a los ciudadanos y si todo va mal es culpa de los políticos?

Por favor, dadme una solución. Yo quiero ser como vosotros. Estoy convencido de que así sería mucho más feliz.

martes, 1 de noviembre de 2011

La mentira piadosa

Hoy los que quieren y nos martirizan con las bondades de las democracias asamblearias están exultantes. Al fin les han hecho caso y han dejado al pueblo que decida su futuro. "Ya iba siendo hora", comentan orgullosos y seguros de que han tenido algo que ver en la decisión de Papandreu de someter a referéndum el rescate europeo.

Ellos creen que cualquier referéndum es una buena noticia, ya sea para preguntar si se sube la luz, si se construye un aeropuerto o si se destina dinero al Congo Belga. Por ello, cuando oyeron que en Grecia los ciudadanos van a tomar la decisión más importante que ha tenido que tomar nadie en Europa en varias décadas se pusieron a dar saltos de alegría y brindar con champán Coca-Cola de comercio justo.

Pero, ¿es tan buena noticia para la democracia la decisión griega? No. No lo es. De hecho, es todo lo contrario, es un tiro en el pie a la ciudadanía. Después de tomar decenas de decisiones impopulares y de ver cómo su popularidad cae por los suelos, el primer ministro griego huye de sus responsabilidades y delega en el pueblo la decisión más importante de todas.

Ahora, los ciudadanos griegos tienen que decidir entre votar a favor de una mínima luz al final del tunel dándole la razón a su Primer Ministro o el caos absoluto. Ahora, Papandreu se lava las manos para que nadie le pueda echar la culpa si la cosa sale mal y que todo el mundo le alabe si la cosa sale bien. Ahora, el Gobierno griego pretende tomar el dinero y correr y en el camino engañar a sus ciudadanos haciéndoles creer que les ha dado el poder.

Pero lo más triste de todo no es que el Gobierno griego haga algo así perjudicando a todos los que le han ayudado en estos dos últimos años. Lo peor de todo es que recibe los aplausos estúpidos de quienes, se supone, que creen en la democracia.

La democracia no consiste en tomar las decisiones fáciles y huir de las difíciles. La democracia no consiste en que una persona que no sabe lo que es la deuda pública pueda decidir si se huye de ella o no. La democracia no es un recurso que se pueda utilizar cuando venga en gana y según interese.

¿Alguien estaría a favor de un referéndum sobre si aceptamos la homeopatía como ciencia o la mandamos al ostracismo? ¿Qué sentido tendría preguntar a un filólogo o a un panadero si creen que los neutrinos pueden ir más rápido que la luz? ¿Valdría de algo someter a referéndum las infraestructuras y que entre todos decidamos qué ciudades tienen que tener peaje y cuáles no?

Los referéndums sólo sirven en casos muy concretos en los que la respuesta deber ser "sí" o "no". Lo contrario se llaman elecciones. Elecciones en las que se elige entre diferentes opciones y los ciudadanos se quedan con la que más les interesa.

¿Cómo será la pregunta que le harán a los griegos?
¿Quiere usted que Grecia firme el rescate europeo junto con los recortes asociados o quiere usted que Grecia se las arregle por sí sola y ya veremos a ver qué pasa?
¿Sirve de algo eso? Yo, como ciudadano, lo que quiero es que se me presenten cuantas más opciones viables mejor y así poder elegir entre ellas, no que me pregunten si me quiero agarrar al único bote salvavidas que queda en el barco o esperar a ver si viene un helicóptero con Bruce Willis.