martes, 1 de noviembre de 2011

La mentira piadosa

Hoy los que quieren y nos martirizan con las bondades de las democracias asamblearias están exultantes. Al fin les han hecho caso y han dejado al pueblo que decida su futuro. "Ya iba siendo hora", comentan orgullosos y seguros de que han tenido algo que ver en la decisión de Papandreu de someter a referéndum el rescate europeo.

Ellos creen que cualquier referéndum es una buena noticia, ya sea para preguntar si se sube la luz, si se construye un aeropuerto o si se destina dinero al Congo Belga. Por ello, cuando oyeron que en Grecia los ciudadanos van a tomar la decisión más importante que ha tenido que tomar nadie en Europa en varias décadas se pusieron a dar saltos de alegría y brindar con champán Coca-Cola de comercio justo.

Pero, ¿es tan buena noticia para la democracia la decisión griega? No. No lo es. De hecho, es todo lo contrario, es un tiro en el pie a la ciudadanía. Después de tomar decenas de decisiones impopulares y de ver cómo su popularidad cae por los suelos, el primer ministro griego huye de sus responsabilidades y delega en el pueblo la decisión más importante de todas.

Ahora, los ciudadanos griegos tienen que decidir entre votar a favor de una mínima luz al final del tunel dándole la razón a su Primer Ministro o el caos absoluto. Ahora, Papandreu se lava las manos para que nadie le pueda echar la culpa si la cosa sale mal y que todo el mundo le alabe si la cosa sale bien. Ahora, el Gobierno griego pretende tomar el dinero y correr y en el camino engañar a sus ciudadanos haciéndoles creer que les ha dado el poder.

Pero lo más triste de todo no es que el Gobierno griego haga algo así perjudicando a todos los que le han ayudado en estos dos últimos años. Lo peor de todo es que recibe los aplausos estúpidos de quienes, se supone, que creen en la democracia.

La democracia no consiste en tomar las decisiones fáciles y huir de las difíciles. La democracia no consiste en que una persona que no sabe lo que es la deuda pública pueda decidir si se huye de ella o no. La democracia no es un recurso que se pueda utilizar cuando venga en gana y según interese.

¿Alguien estaría a favor de un referéndum sobre si aceptamos la homeopatía como ciencia o la mandamos al ostracismo? ¿Qué sentido tendría preguntar a un filólogo o a un panadero si creen que los neutrinos pueden ir más rápido que la luz? ¿Valdría de algo someter a referéndum las infraestructuras y que entre todos decidamos qué ciudades tienen que tener peaje y cuáles no?

Los referéndums sólo sirven en casos muy concretos en los que la respuesta deber ser "sí" o "no". Lo contrario se llaman elecciones. Elecciones en las que se elige entre diferentes opciones y los ciudadanos se quedan con la que más les interesa.

¿Cómo será la pregunta que le harán a los griegos?
¿Quiere usted que Grecia firme el rescate europeo junto con los recortes asociados o quiere usted que Grecia se las arregle por sí sola y ya veremos a ver qué pasa?
¿Sirve de algo eso? Yo, como ciudadano, lo que quiero es que se me presenten cuantas más opciones viables mejor y así poder elegir entre ellas, no que me pregunten si me quiero agarrar al único bote salvavidas que queda en el barco o esperar a ver si viene un helicóptero con Bruce Willis.

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