Si el Congreso de los Estados Unidos y el Presidente, Barack Obama, no llegan a un acuerdo sobre los presupuestos en los próximos dos días, el "cierre gubernamental" será inevitable. En EEUU el Presupuesto es propuesto por el Congreso y ha de ser firmado por el Presidente. Si el Presidente no lo considera apropiado tiene la facultad de vetarlo y devolverlo al Congreso para que desarrollen uno nuevo. Mientras tanto se puede aprobar una "resolución de continuidad" (continuing resolution) que mantiene vivas las instituciones federales hasta que se apruebe un nuevo presupuesto.
El caso es que el Presupuesto del año pasado caducó el 1 de Octubre de 2010 y aun no se ha aprobado otro. El Congreso ha aprobado, entre tanto, 5 resoluciones de continuidad, la última de las cuales caduca el viernes.
Esto quiere decir que si durante esta semana la oficina del Presidente y el Partido Republicano no se ponen de acuerdo en un presupuesto podría haber un "cierre gubernamental" (government shutdown) y todos los servicios no esenciales que están financiados por el Gobierno Federal quedarían en suspenso.
Para que un Organismo gubernamental pueda gastar un mísero dólar tiene que tener una ley que se lo permita. Si la ley no la aprueba el Presidente no se podrá hacer ningún gasto. Ni siquiera pagar a los trabajadores que ya están contratados.
Un cierre gubernamental implicaría que los museos o los parques nacionales tendrían que cerrar unos días. Cosas tan simples como obtener un pasaporte serían imposibles porque no se puede pagar a los funcionarios que trabajan expidiéndolos.
Esta situación no se ha dado muchas veces en la historia y siempre que ha ocurrido ha durado unos pocos días debido a que la presión sobre los políticos para que lleguen a un acuerdo es muy grande. A nadie le gusta estar en una situación como esa.
En el episodio titulado "Shutdown" de la inigualable serie "El Ala Oeste de la Casa Blanca" se hace un relato de una situación de crisis presupuestaria. Durante el cierre gubernamental, Josiah Bartlet va caminando hasta el Capitolio para reunirse con el líder republicano quien se niega a recibirle. Tras estar un tiempo esperando decide dar la vuelta mostrando a la opinión pública que son los republicanos los que no quieren negociar, consiguiendo así que cedan en sus pretensiones y acabando con el cierre gubernamental.
Es más que probable que la inspiración para este capítulo viniese de la última situación de cierre gubernamental federal en EEUU. En 1995 con Bill Clinton en la Casa Blanca y una mayoría republicana en el Congreso el Presidente decidió que las peticiones de recortes eran demasiado extremas y se negó a firmar la ley. Ante la falta de acuerdo hubo en EEUU dos cierres gubernamentales de varios días. El primero duró del 14 al 19 de noviembre y el segundo, el más largo, desde el 16 de diciembre hasta el 6 de enero del año siguiente.
La postura de los republicanos fue castigada por los ciudadanos en favor de Clinton. Una queja del Presidente del Congreso, Newt Gingrich, sobre la posición que ocupó en el Air Force One le hizo quedar como un petulante ante la opinión pública y su carrera política se acabó. Al parecer, Clinton le "sentó" en la parte trasera del avión "para que saliese antes", lo que él interpretó como un desprecio y se quejó a los periodistas. Los ciudadanos lo vieron como un gesto de egoísmo por su parte y se pusieron del lado del Presidente. Así que a los republicanos no les quedó más opción que ceder ante las peticiones demócratas.
Este tira y afloja y lo que la opinión pública piense de él es clave en las negociaciones. En principio a nadie le interesa un cierre gubernamental que afecte a los ciudadanos, pero ambas partes saben que habrá un ganador y todos tienen claro qué tienen que argumentar en su favor. Por un lado, los demócratas se pueden presentar como flexibles ya que han dicho estar dispuestos a hacer recortes considerables en sus previsiones de gasto y por otro los republicanos podrán presentarse ante sus bases como un partido de fuertes convicciones que sabe que la única vía para solucionar los problemas del país es recortando el gasto y que están dispuestos a hacer cualquier cosa por conseguirlo, algo que, sobre todo en el Tea Party, les dará muchos votos.
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