Como es conocido, desde el mes pasado hasta ayer en Wisconsin se vivió algo con muy pocos precedentes. Ante la decisión del Gobernador del estado de aprobar una ley que no sólo recortaba los sueldos de los funcionarios, si no también limitaba su derecho a la negociación colectiva, miles de manifestantes hicieron mostrar su descontento e incluso hicieron una sentada en el Capitolio de Madison.
Esta ley adquirió relevancia internacional cuando, para intentar alargar la situación y presionar a los republicanos, un gran número de senadores demócratas "huyeron" del Estado evitando así que hubiese quorum y que la ley se pudiese, siquiera, votar.
Sin embargo, ayer, con nocturnidad y alevosía y de forma inesperada -a pesar de haber dicho que no lo haría-, el Gobernador, Scott Walker, decidió dividir la ley en dos. Por un lado puso los aspectos económicos y por otro los de la negociación colectiva. Así conseguía "saltarse" el obstáculo del quorum y aprobar el recorte de derechos.
Esto, que puede parecer una derrota clara para los trabajadores y los senadores demócratas puede convertirse en la tumba de los republicanos de ese estado si, como ya empiezan a apuntar algunos analistas e incluso algunos demócratas, se comienza el proceso para crear una "recall election", es decir, una elección forzada para acortar el mandato de algunos diputados.
Las "recall election" es una de esas reminiscencias idealistas de las leyes norteamericanas que provocan envidia en más de un demócrata europeo. Son muy antiguas pero poco utilizadas. Se trata de algo similar a las mociones de censura en los parlamentos europeos, la diferencia es que son elecciones, es decir, es el pueblo el que censura a su gobernante y no los demás gobernantes.
Probablemente la más conocida es la que llevó al ex-actor Arnold Schwarzeneger a gobernar el Estado de California. En 2002, tras muchos problemas del entonces gobernador Gray Davis, quien se volvió bastante impopular al verse obligado a triplicar las tasas de electricidad los republicanos, ayudados por sus "benefactores", consiguieron un "recall vote" para echar a Gray Davis de su sillón. Para ello necesitaban unas 900.000 firmas. Consiguieron más de 1 millón trescientas mil.
En el caso de Wisconsin, las firmas necesarias ascienden a 540.000 (un 25% del número de votos en las elecciones a gobernador del año pasado). Para poder hacer un "recall vote", los representantes deben haber cumplido su primer año de mandato, con lo que es improbable que empiece a realizarse hasta enero del año que viene.
No cabe duda de que es una empresa muy complicada. Que en un estado de 6 millones de personas, haya más de medio millón que firmen una petición contra uno o varios representantes se antoja difícil. Aun así, como hemos visto es posible y, según las encuestas, la opinión pública está en contra de lo que han hecho sus gobernantes. Además, Wisconsin es un estado con experiencia en este tipo de cosas. En el 96 echaron a George Petak y en el 2003 a Gary George.
Sorprendentemente las encuestas apuntan a que, aunque los ciudadanos de Wisconsin quieren que se contraiga el gasto, consideran que recortar derechos y sueldos de maestros, policías, bomberos, etc. no es una buena solución y les apoyan en su lucha. Habrá que ver si el apoyo es sólo de boquilla o si también están dispuestos a reaccionar.
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